CEREALES INTEGRALES
Los alimentos con cereales integrales son una fuente considerable de nutrientes y sustancias fitoprotectoras, las cuales no abundan en la dieta de los europeos.
Una de las vertientes del desarrollo de la industria alimentaria frente a la preparación artesanal de los alimentos en la primera mitad del siglo XX, ha llevado a conseguir un refinamiento de las materias primas de los mismos. Uno de los objetivos propuestos fue el de mejorar ciertos aspectos organolépticos de los alimentos como el color y la textura, considerando los alimentos más blancos y más suaves de mejor calidad, sin reparar en la pérdida de nutrientes que conlleva ese proceso de refinamiento.
Uno de los grupos de alimentos que más deterioro ha sufrido en este sentido es el de los cereales. Vamos a señalar algunos de los aspectos más importantes en este sentido.
Los alimentos con cereales integrales son una fuente considerable de nutrientes y sustancias fitoprotectoras, las cuales no abundan en la dieta de los europeos. Ampliar la variedad y disponibilidad de alimentos sabrosos que contienen cereales integrales y alentar a la población a aumentar su consumo podría tener una repercusión importante para la salud pública.
El papel protector de los cereales integrales
Los alimentos con cereales son un componente esencial de la dieta diaria en toda Europa y son una de las principales fuentes de carbohidratos, fibra y proteínas. Generalmente, sólo se utiliza la parte interna del grano del cereal, principalmente en forma de harina blanca refinada en alimentos como pan, galletas y bizcochos, pasta y cereales de desayuno, bollería y rebozados de numerosos alimentos precocinados, entre otros. Sin embargo, es urgente reconsiderar esta pauta de consumo a la luz de los recientes hallazgos epidemiológicos, que proporcionan pruebas contundentes del papel protector de los alimentos con cereales integrales con respecto a varias enfermedades, entre que se encuentran las enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y la diabetes de tipo 2.
También se ha constatado que las mujeres de mediana edad que consumen alimentos con cereales integrales están más delgadas que las que consumen productos a base de cereales refinados.
El “conjunto de cereales integrales”
Los principales cereales que se consumen en Europa son los granos de trigo, arroz, centeno maíz, avena, y cebada, todos ellos miembros de la familia de las gramíneas.
La estructura de todos los granos es similar y consta de tres partes: el endosperma parte interna compuesta de almidón, el germen o embrión y el salvado o parte externa, que forma una capa protectora alrededor del grano. Desde hace tiempo se considera que la fibra alimentaria (de tipo soluble o insoluble, según el cereal del que se trate) es el componente de los cereales integrales que tiene mayor efecto protector sobre la salud. Sin embargo, actualmente cada vez se cuenta con más pruebas de la existencia de otros nutrientes beneficiosos en los cereales integrales que se pierden con el refinamiento. Entre ellos podemos nombrar la vitamina E, varias vitaminas del complejo B, diversos minerales como hierro, magnesio, zinc y selenio y varias sustancias fitoquímicas protectoras.
Esta gran cantidad de nutrientes indispensables para la salud presentan un efecto conjunto y sinérgico, de modo que el “conjunto integral” proporcionaría más beneficios que los derivados de la suma de los componentes por separado.
Opciones alimentarias saludables y sabrosas
Que estén buenos y sean sanos, prácticos y asequibles son los criterios más mencionados a la hora de elegir alimentos entre los consumidores. Los productos a base de cereales ya son muy variados y tienen diversos papeles en la cultura alimentaria de diferentes partes de Europa. Aunque a menudo se considera que el buen sabor está reñido con el carácter saludable de los alimentos, hoy en día los consumidores pueden elegir productos sanos que contienen cereales integrales entre numerosas opciones muy sabrosas.
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